No sé si fueron las fiestas, los bombardeos en la tele, o en la radio, o los pop-ups de los diarios online pero desde que empezó el año estoy con unos sentimientos “pro-capitalismo” que asustan. Me desconozco, la hippie que fui desapareció. Ahora sólo quiero el pato.
Así que el que se haya olvidado de mi cumpleaños, de la navidad o los reyes, de darme un regalo de graduación en 1999 (o en 2002, 2007, 2009), ésta es la oportunidad que les doy para redimirse de la culpa que los va a perseguir el resto de su vida.
CON USTEDES: EL PATO
Lo amo.
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