YoEsquizofrénica

... pispeá el diván de donde vengo

5:36

Getting out of the closet

Publicado por Yo Esquizofrénica |

Y la galleta  le gritó a  los cuatro vientos, su nueva condición.

10:13

¿Quién se ha llevado mi queso?

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Mi costado angurriento está a pleno. Últimamente me agarró como esta adicción medio inexplicable a la compra de nuevos y sabrosos alimentos: semillas (Léase: Lino, Chía, y Sésamo son un “must” en mi alimentación), la mostacita en polvo (las vinagretas que salen son increíbles), las especies de la India (hay una Massala Ahumada de acá del Sur que es inexplicable) y las almendras caramelizadas con picante que hace la dietética de la vuelta. Todos ellos están haciendo mecha en mi “gordita interior”. Y se nota.
Así que mi panza, zapán, pancita se regocijó, se maravilló y se llenó de alegría en este día gris y nublado, cuando leí que a pocos kilómetros de la City porteña existe el Paraíso del queso.


Esta gente buena onda de Glam Out, me hizo el fin de semana. No hay duda.

19:02

Digging Sheldon

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Digging Sheldon, Quién no lo haría?

18:10

Capacidad Recursiva

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Es un don, o por lo menos una característica tan propia del género, que no puede ser menos que sospechosa. Porque que ellos tienen un don que nosotras todavía no hemos descubierto: la capacidad recursiva y espiralada de aparecer, una y otra vez sin anunciarse.
Si los llamamos, vuelven; si no los llamamos, vuelven; si decidimos por fin sepultarlos, asfixiarlos, negarlos, borrarlos o desaparecerlos, vuelven… Carajo! SIEMPRE vuelven!
Vuelven, haciendo alarde de esa capacidad que tiene de regresar, hasta el cansancio, al instante exactamente anterior a ese donde nosotras decidimos no querer saber más nada de ellos.
Y eso no es lo peor, lo más oscuro de este hecho espeluznante es que nosotras siempre les dejamos la puerta abierta. Siempre.

Mi amiga Joana me contaba que su último ahogado (Gabi) reapareció después de 5 meses de haber terminado (ella quería compromiso, casamiento y lo cinco hijos correteando por la chacra familiar, él, un I-Phone) en el mismo y exacto momento en que ella salía de la Iglesia acomodándole la cola del vestido a la novia, como madrina que era.
Su hermana se casaba (garrón...) con bombos y platillos, mientras Joa se revolcaba en un lodazal abarrotado de autocompasión por estar gorda y sola. En ese momento, como por obra y gracias del Espíritu Santo, Gabi decidió aparecer con un mensaje de texto y a la bruta le empezaron a temblar las piernas. Se olvidó de los hijos, de la chacra y del compromiso y se fue antes de la fiesta para tener su noche de reencuentro desenfrenado.
Pero a la mañana siguiente,  cuando se levantó, SORPRESA!: Él seguía queriendo el I-Phone y esta vez con los auriculares Bose Tripor, la base AirDock, los parlantes Altec Lansing y la funda Ecoshield. (Por cierto, ¿nadie cree que los nombres de los productos de Apple son devastadoramente pretensiosos?).
Aún así, no podemos subestimarlos porque no es menos que admirable el modo en que se las ingenian para retornar. Lo que pasó a Ale cuando se enamoró del viejardo (Guillermo) en sus últimas vacaciones en Cuba, es un arquetipo más que claro: con el señor pintó el amor claro, y ella te lo cuenta con los ojos vidriosos y expectantes como los que debía de tener la Penélope de la canción de Diego Torrres (terrible canción por cierto), y como la Penélope del “Chueco” Ale esperó a que el ahogado reapareciera desde el fondo del mar implorando por su perdón y misericordia, diciéndole que Moby Dick lo había devorado en una lucha encarnizada mientras él sólo pensaba en ella.
La explicación del ahogado nunca llegó, pero la marea lo devolvió a la costa vía Internet con unos de esos mails, por demás oleosos, que te cuentan lo maravillosa que es la vida y todo lo que tenés que hacer antes de morirte.
¿Y qué hizo Ale? Le contestó!! OBVIO que le contestó, embobada de amor… él nunca lo hizo… se ve que la ballena blanca había logrado, por fin, su cometido final.

Es por todo esto mujeres, que a mí me gustaría que alguien me explicara porqué no pueden, sencillamente desaparecer, como uno de esos yuyos que arranca mi abuela Ethel del jardín. Y no sólo eso, sino porqué motivo, fundamento, razón o circunstancia nosotras, féminas, esperamos ad eternum cualquier tipo de acto recursivo.

¿Cuándo nos vamos a dar cuenta carajo, que ellos nunca van a dejar de querer ese terrorífico I-Phone?    

11:18

Guilty Linguistic Pleasure (I)

Publicado por Yo Esquizofrénica |

La palabra grocery me encanta... Se dice "grouseri". ¿No suena super cute?

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